Los finlandeses son cálidos, abiertos y sinceros, aunque ellos quizá te digan lo contrario
Si alguna vez has conocido a un finlandés, lo más probable es que haya mencionado el carácter reservado de sus compatriotas. No te preocupes, no somos unos brutos taciturnos. Los finlandeses son habladores y hospitalarios, pero el mito del finlandés retraído sigue vivo en Finlandia. Y los finlandeses, con su ingenio autoirónico, serán los primeros en hacérselo saber a los extranjeros. Un ejemplo de chiste finlandés: «Un finlandés introvertido mira a sus zapatos cuando habla contigo; un finlandés extrovertido mira a los tuyos»
En cierto sentido, los finlandeses somos un pueblo bastante peculiar, y disfrutamos secretamente transmitiendo esa imagen de nosotros mismos, aunque no sea siempre cierta. Un finlandés contará una historia inverosímil con cara seria, por dentro se morirá de risa y continuará hasta que el asunto llegue a un punto insostenible. Bromear con alguien (¡o incluso a costa de alguien!) es la manera finlandesa de decir «me gustas». Es justo afirmar que los finlandeses son amables y sociables, pero que tienen una forma bastante particular de mostrarlo.